domingo, 1 de marzo de 2009

¿Porqué es tan difícil ser feliz...?


Hoy fuí, muy a mi pesar, testigo de un incidente en donde se exacerbaron los ánimos... que situación tan incómoda, pude notar como el ambiente se puso tenso de un segundo a otro... todos guardamos silencio, todos observábamos como de la nada, surgió algo que parecía no tener fin.

Nadie intervino, no podíamos hacerlo... fue una discusión de pareja... Que triste... pensé. Porqué se empeña la gente en soltar sus agresiones e inconformidades con la vida de una manera tan violenta, y sobre todo con quien debería tener más cuidado. Somos dados a ser amables con los desconocidos, más no con el que está más cerca de nosotros. Finalmente todo se calmó, pero la incomodidad reinó por lo que quedó de tiempo, mientras nos quedamos en esa sala, todos en la mente, con la única idea de irnos...

Salí de ahí, con mucha tristeza... ¿Porqué nos complicamos tanto? Vino a mi mente, un poema que un amigo me regaló cuando era yo una adolescente. Me lo escribió en un tarjeta que aún conservo con mucho cariño... Se llama Desiderata. Es en lo único que puedo pensar, después de vivir un momento como éste.


DESIDERATA

Anda plácidamente entre el ruido y la prisa,
y recuerda la paz que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto te sea posible,
vive en buenos términos con todas las personas,
enuncia claramente tu verdad; escucha a los demás,
incluso al torpe e ignorante; ellos también tienen su propia historia.

Evita a las personas ruidosas y agresivas,
pues son un fastidio para el alma,
si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado;
porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros así como de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que ésta sea;
ella es un tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos,
se cauto en tus negocios; pues el mundo está lleno de egoísmos,
pero no te cierres a la virtud que hay en ella;
mucha gente se esfuerza por alcanzar nobles ideales;
y en todas partes la vida está llena de heroísmo, se tú mismo,
en especial, no finjas el afecto,
tampoco seas cínico en el amor;
porque en medio de todas arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los ancianos,
abandonando con donaire las cosas de tu juventud.
Cultiva la fuerza del espíritu para que te proteja en las adversidades repentinas.
Pero no te angusties con fantasmas.

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Junto con una sana disciplina, se benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo, no menos que los plantas y las estrellas;
y tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no,
el universo marcha como debiera.

Por lo tanto, manténte en paz con Dios,
cualquiera que sea tu modo de concebirlo y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
mantén la paz con tu alma en la bulliciosa confusión del planeta,
que con todas sus farsas y sueños fallidos, sigue siendo hermoso.
Ten cuidado. Esfuérzate por ser feliz.

Autor: Max Ehrmann