domingo, 29 de marzo de 2009

A la espera de tu regreso...


Hoy es un día más en que espero tu regreso, un día más en que el reloj parece burlarse de mi, las horas se vuelven tediosas y los segundos, cada vez más lentos...

Traté de animarme un poco, salí a la calle en busca de algo que me distrajera, solo logré desesperarme con el tráfico terrible que me dejó atrapada en una interminable fila de impacientes conductores, todos con prisa por llegar a sus destinos. Es increible lo que mi ciudad ha crecido... ¿Porqué molestarme? Si no llevaba marcado ningún camino...

Decidí ir al centro, recordé que tenía que hacer algunas compras, y al hacer alto en uno de los cruceros principales, se paró enfrente de mi carro un joven con dos varas en sus manos, en donde en cada uno de los extremos había envuelto un paño, el cual lo impregnó de combustible, y le prendió fuego... empezó a hacer malabares con ellas... y quería que lo viera, cuando me sacó un susto de aquellos, que casi me bajo del carro y lo golpeo... estuve todo el tiempo mirando hacia abajo, tratando de no verlo... y al terminar, todavía me pidió dinero... ¡¿Pero que se ha creído?! después de angustiarme de esa manera, de poner su vida en peligro, pretende que todavía le festeje...

Seguí mi marcha, con el estómago todavía recogido, puse música alegre en mi cd player, con la esperanza de que mi humor cambiara... estuvieron Elvis Crespo y Ricky Martin cantándome sus mejores canciones, esas que en ocasiones he bailado con todo mi cuerpo... les dí la oportunidad de que me alegraran, fue inútil, nada podía hacer que te olvidara...

Llegué a la librería, esa que me queda de paso y donde me gusta tomarme un café con mis amigas... decidí entrar sóla, para tratar de leer el último libro que había comprado, el leer me manda a otro mundo, a otras épocas, a otra gente, a los paises más remotos... seguía guardando la ilusión de que te olvidaría aunque fuera unos minutos... Misión imposible.

Pasé por un encantador parque, era ya tarde, decidí estacionar mi carro y dar una caminata, pensé, si doy un recorrido observando a las personas congregadas aqui, tendré seguramente un respiro... sólo lograba encontrarte en esos rostros, en aquellas personas ajenas a mi existir... me senté un rato en aquella solitaria banca, el ambiente parecía conocer mi desdicha, la melancolía prontamente se adueñó de mi... cansada de intentarlo, me regresé a casa...

Era ya noche, recordé que no había cenado, mi estómago me avisó con un feroz rugido... me preparé un sandwich de roast beef acompañado de una fresca ensalada, recordé que es tu preferida... finalmente me dirigí a mi cama, cansada de tratar de olvidarte... decidí aceptar que dormida y en mis sueños... al fin llegarías... trataba de olvidar, si... de olvidar que habías muerto...