lunes, 23 de marzo de 2009

Escrito en una tarde de lluvia...




Es una tarde un poco fría, me gustan las tardes frías y lluviosas… esas que hacen que te relajes viendo caer las gotas y cuando la brisa fresca te llega cargada de gotitas en la cara… cuando el viento humedecido te despeina, cuando parece que te habla… que te trae todos los secretos, cuando el aire pesa porque lleva todos los misterios… me gusta resolverlos y arreglar el mundo en esos segundos…

Los árboles están contentos, es como si lo festejaran, el color les cambia, quedan totalmente rejuvenecidos, me gusta ver como el viento mece sus hojas y parece que bailan al compás de una bella melodía... me encanta mirar las calles de la ciudad en las noches, ya que la lluvia pasa, cuando las luces se reflejan en las avenidas, parece que nos invitara a dar una caminata…

Mientras cae la lluvia, me gusta sentarme envuelta en una manta en el porche de mi casa, con una bebida caliente entre mis manos, la que está humeando en la espera de ser disfrutada…

Cuantos pensamientos llegan a mi mente, no se me antoja otra cosa que no sea meditar, tratar de reflexionar un poco, tengo tanto en que pensar… tantas cosas que poner en orden ó tomar la decisión de dejarlas por fin a que tomen su camino…

Hago un rápido recuento de mi vida, sonrío… me doy cuenta, que
a pesar de todo, las cosas no están tan mal… he sufrido, llorado, pero también he sonreído, cantado, y además disfrutado… Me gusta ser yo, creo que a final de cuentas, no me cambiaría por nadie, ni mi pasado, ni mi presente, y mucho menos mi futuro, espero estar ahí para vivirlo, para seguir aprendiendo… Oh! Porque cuanto me falta por aprender, aunque me doy cuenta que el camino recorrido, es el que yo hubiera escogido… cuanta calma, cuanta paz, cuanta dicha, cuanta agua!…