miércoles, 4 de noviembre de 2009

Busco tocar el cielo...

No había puesto atención en la potencia que tiene el abanico de techo que está en esta habitación… puedo escuchar claramente cada uno de los sonidos que llegan desde el interior del mismo… es cada vez más fuerte, más intenso… el aire que avientan sus aspas empezó a molestarme… no lo soporto, subo a apagarlo… ¿Es posible que la luz emita algún sonido? Porque yo la escucho…

Es triste el sabor del silencio… sabe a estiércol… es angustioso saber que nada volverá a ser como antes… esta prisa por abrazar el aire carcome mis sentidos, purifica mis ansias… petrifica mis pensamientos…

Caigo lentamente en espiral… buscando tocar el cielo… pero éste está cada vez más lejos…

De pronto… despierto…
Ruth L. Acosta